Simbolo cultural de Bilbao, de Bizkaia y de todo Euskal Herria, en general. el Guggenheim
ofrece una imagen moderna cosmopolita y vanguardista del territorio en el que se encuentra,
además, tiene un gran posicionamiento a nivel internacional dentro de la oferta cultural,
sería lo primero que citaría cualquier persona que se dispone a visitar Euskal Herria.
Es innegable el “efecto Guggenheim”, que ha logrado poner a Bilbao en el mapa, pero no hay que quedarse estancado en él. Ahora es momento de buscar nuevas oportunidades para la propia ciudad, el turismo y la hostelería, que pueden venir de acontecimientos relevantes que se organicen tanto en el ámbito cultural, deportivo como empresarial.
En nuestra ciudad, el cliente de negocios aún supera al cliente de turismo, pero en los últimos años el turista ha tenido un incremento espectacular respecto al de empresa. El motivo es que el propio Bilbao se está reconvirtiendo hacia una ciudad de servicios que cada vez quiere más turismo.
Hace diez años, antes de la inauguración del Museo Guggenheim, la ocupación era de un 10% de turistas y un 90% de empresa. Ahora este porcentaje se ha igualado en casi al 50% para cada uno de los grupos. Entre otros factores, esta variación también ha venido influida por la mejora en las comunicaciones. Un único ejemplo puede ilustrar este cambio: hace una década no había 7 aviones que conectaran Bilbao con Madrid a diario con unos precios tan ajustados. Todo ello ha conseguido que mucha gente haga trayectos de ida y vuelta en la misma jornada, sin necesidad de pasar noche en la capital vizcaína. Esta facilidad en el transporte, al mismo tiempo, ha ayudado a animar a otros colectivos a acercarse a Bilbao, gracias a las numerosas conexiones directas con las que cuenta el aeropuerto de Loiu.
Paralelamente a este aumento de visitantes, Bilbao y sus alrededores ha experimentado en esta última década un incremento, aún mayor, del número de plazas hoteleras, que ha llegado a duplicarse. Se trata de un crecimiento no sólo cuantitativo sino también cualitativo ya que el cliente es cada vez más exigente. Esta competencia obliga a toda la hostelería a mantener su alto nivel con una renovación y mejora de su instalaciones casi constante.
Efecto Guggenheim-Internet
Hay dos claves en el cambio de la hostelería en Bilbao: uno particular, el llamado “efecto Guggenheim”, y otro que ha afectado al sector en cualquier parte del mundo, la implantación y acceso generalizado a Internet.
El Museo Guggenheim consiguió poner a Bilbao “en el mapa”, y sigue siendo un importantísimo referente para los turistas. Prácticamente todos los hoteles de la zona cuentan con un “paquete Guggenheim” en el que se incluye alojamiento, desayuno y entradas para la pinacoteca. Y es mucha la gente que lo contrata.
El Guggenheim es un verdadero icono de la ciudad y es de esperar que dure mucho como tal, sin embargo el objetivo de que Bilbao siga creciendo en el ámbito turístico no debe centrarse sólo en este museo, ya que personas que llegan no sólo vienen por el Guggenheim, aunque se trate de una vista obligada. Debe existir otra oferta para que el propio referente siga siendo atractivo y que, en consecuencia, este “efecto llamada” se mantenga en el tiempo.
Internet ha influido muchísimo con elementos como la reserva online, la confirmación inmediata y la posibilidad de actualizar continuamente las tarifas en función de la ocupación, de la demanda, etc. En general, ha facilitado el acceso a los servicios turísticos a muchas personas que antes no tenían esa posibilidad tan directa, porque la única opción era acudir a una agencia de viajes. Hoy desde la pantalla de ordenador cualquiera puede acceder a toda la oferta hotelera de cualquier ciudad, con una enorme diversidad de tarifas incluso dentro de un mismo hotel. Esta variedad no existía antes ya que, en general, únicamente se tenía de una tarifa para empresas y otra para agencias, divididas en fin de semana o laborables.
¿Hacia dónde?
El futuro para Bilbao como destino tanto de turismo como de encuentros de negocios pasa por una innovación en la que debe tener en cuenta qué se ofrece y a quién se ofrece.
Así, empiezan a generalizarse propuestas “empaquetadas” donde se incluye, bajo un precio cerrado, el alojamiento combinado con otras actividades lúdicas o relacionadas con la salud. El objetivo es recoger la petición de un creciente número de personas que no sólo desean una habitación sino que demandan una “experiencia” bien organizada.
Por otro lado hay que abrir nuevos mercados potenciales para Bilbao a través de acciones de promoción “in situ” en aquellas ciudades con conexión directa con la capital vizcaína. Además, es importante hacer hincapié en las posibilidades de Bilbao como sede de grandes eventos intentando fortalecer los ya existentes, como por ejemplo el Bilbao Live Festival, y materializar nuevas propuestas, que pueden venir desde el ámbito cultural, deportivo o de los negocios.
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